Las trampas de la pobreza van mas allá de las hipótesis académicas discutidas en claustros universitarios.


Las trampas de la pobreza van mas allá de las hipótesis académicas discutidas en claustros universitarios.

 

 

En la actualidad es una opción de vida ser pobre debido a los múltiples auxilios que estados e instituciones “humanitarias” brindan a quienes se encuentren en esta “pobre” condición.

 

El sector agropecuario y en especial el ganadero no es la excepción para esta nueva ola de mendicismo pecuario en el que se perpetúan todos los problemas derivados de esta condición. Sin hablar mas allá de los culturales, y mentales que originan en una idiosincrasia propia de cualquier rico indigente.

 

Aquella mala costumbre de responsabilizar a los demás por nuestros propios errores, es algo que sin lugar a dudas  cierra este círculo de calamidad espiritual y de la mente por la que nos hace vulnerables a la politiquería. En este sentido, es cuando solo vemos a todas las culpas y responsabilidades en el gobierno o en las entidades que trabajan en pro del sector y peor aún es ver a estas mismas instancias aprovechar esta susceptible realidad para consolidar sus imperios de poder ya demás para engordar sus arcas, a costillas de los “pobres” quienes están condenados estar en ella por generaciones.

 

Es tan descarada la astucia de ganaderos “tan pobres” que culturalmente ven a los agentes externos como responsables del verano, del invierno, de las enfermedades, de la baja producción de leche, de la alta mortalidad, de la deforestación, de que los suelos ya no producen lo mismo, de que las vacas no se preñan y por consiguiente no paren. Situación  que los lleva a bloquear vías, quemar llantas, arrojar leche en las calles y a hablar mal de estos agentes y de su propia situación en búsqueda de nuevas fuentes de financiación eterna.

 

Cuántas veces hemos escuchado que ya los ganaderos antes de ir a sus fincas pasan por los súper mercados a comprar alimentos que se deberían producir en las mismas? Cuántas veces hemos escuchado que los ganaderos se quejan de que ya sus hijos no se interesan en la tierra y en su actividad a causa de la poca rentabilidad del “negocio”?. Estos interrogantes están presentes en casi todas las jornadas de capacitación que reciben estos mismos ganaderos y los cuales además poseen una diversidad de diplomas que los acreditan aun mas en su pobreza, al permitir que situaciones como están se conviertan en perpetuas y exponencialmente progresivas.

 

Es una falacia pensar en programas de desarrollo productivo, en los cuales hasta la mano de obra es costeada por los gobiernos, no me imagino a los propietarios de Bavaria o Postobon, esperando vender cualquiera de sus productos ante el olvido del estado. Negocio es negocio para ellos. Y seguramente para los ganaderos “pobres” también, aunque no me refiero específicamente al que se sustenta en sus tierras sino al que conciben a partir de su mendicidad, por ejemplo, vivienda rural, repoblamiento de todas las especies, suministro de alimento, programas de seguridad alimentaria, huertas caseras, reactivación económica, riego, alianzas productivas, titulación de tierras, subsidios a la producción, restauración forestal,  y lo último en sacar agua del fondo de la tierra al haber extinguido las fuentes superficiales de la misma. Etc etc etc.

 

En este punto, la gran interrogante se basa en como destetar a estos “pobres” ganaderos, para que por su propia iniciativa sean competitivos productivamente y se integren a la globalización de los negocios pecuarios?

 

Se las dejo ahí…..

Por: JAVIER RUIZ 

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