A tu salud Colombia!


A tu salud Colombia!

 

Salud,  proviene  del latín salus, -ūtis, y se define como el estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a nivel subjetivo (lo que a mí como individuo me parece) o de forma objetiva (certificado medicamente).

 

En algunos países además el término “salud”, es utilizado durante el brindis y  su costumbre se deriva  del ofrecimiento de  un líquido sagrado a los dioses: sangre o vino a cambio de un deseo "¡que sea por muchos años!" o "¡a tu salud!".

 

Sin embargo, en países  autodenominados como “en vías de desarrollo” y mundialmente conocidos (entre los ricos y poderosos) como “tercermundistas”, la salud es cuestión de  supervivencia.

 

Colombia a pesar de estar a portas de entrar en el club de los países más ricos  OCDE, no se mueve en una situación muy diferente en este tema decadente de la salud. Solo basta con sintonizar cualquier canal de televisión, emisora o red social o leer cualquier portada de diarios locales para darse cuenta que en el país  la salud es otro comodín  con el cual se hacen multimillonarios negocios (que obviamente enriquecen aun mas a cierto sector de la sociedad) y que dejan a la deriva a la masa crítica de esta misma sociedad la cual solo es importante durante cada temporada electoral (claro ellos son los que ponen los votos).

 

Es indignante ver las declaraciones de los representantes  de diferentes gobiernos en esta cartera, los cuales con alguna frecuencia  dan las más “sinceras condolencias” a las familias de quienes mueren en las salas de espera de las EPS, o en sus casas mientras agónicamente definen qué situación se da primero, o la llegada de Shinigami (dios de la muerte) o del fallo y acatamiento de las cientos de jurisprudencias interpuestas para que por fin puedan ser atendidos por un titulado en medicina.

 

Por otra parte y no menos importante, se ha dado un fenómeno de deslegitimación de esta profesión (sin que lo sea así) en base al mismo sistema en el que se ven obligados a laborar los médicos en el país, en medio del  sagrado juramento hipocrático y las condiciones contractuales de entidades que  no conocen juramento diferente a la utilidad neta a costa de todo y de todos.

 

Todas estas variables han originado en el país historias de ultra tumba que en realidad tienen permeada a la comunidad en un abismo de terror constante ante la aparición de algún signo que afecte esta subjetiva salud. Es el caso de los cinematográficamente bien llamados “paseos de la muerte”, los cuales hacen parte de la ruleta de despojos que deja la falta de control y el juzgamiento de los responsables de la no atención adecuada de pacientes en cualquier condición.

 

El 16 de noviembre de 1985, una  niña colombiana de 13 años de nombre Omaira Sánchez Garzón se hizo trágicamente celebre en el país al quedar mortalmente atrapada durante el terremoto que desapareció el municipio de Armero. Esta niña durante varios días sostuvo sus esperanzas de vida en las infinitas solicitudes de ayuda que hacía para que fuera sacada del lugar donde estaba y además en las múltiples promesas de que sería finalmente extraída; hasta que sucedió el trágico desenlace en medio de la impotencia de sus familiares, allegados y de un país que clamaba por su rescate y de la impotencia de autoridades locales (en situación de devastación) y de la indiferencia del estado, el mismo estado que al igual que ahora dio sus mas “sentidas condolencias”.

 

El 25 de febrero de 2015, (30 años después de lo sucedido con Omaira), se extinguió una vida en alguna clínica de la ciudad de Medellín, esta vez respondía al nombre de Camila Abuabara de 25 años de edad. Quien en una situación muy similar a la de Omaira permaneció impávida ante el estado con su única solicitud de que le dieran la oportunidad de vivir.

 

Sin embargo, su caso de “vida” se convirtió en un caso judicial y de cuestionamiento gubernamental que como todo lo que tiene que ver con la justicia en este país, se tardo más de lo requerido y al final terminó en un suspiro con una vida más, sin que se tenga aun definido el proceder. Y peor aún, totalmente soportado en el presupuesto nacional, el cual tiene para gastar 97 millones de dólares en una cumbre de jefes de estado en Cartagena de Indias, pero no se puede ver en la posición de abrir una brecha financiera de 5 mil dólares para atender a un ser humano (el cual además solo representa un solo voto electoral).

 

Y como siembre y de manera fríamente descarada sale el representante del estado en la cartera de salud a dar las mas “sinceras condolencias” a la familia y al país, que conoció de este caso por los medios de comunicación, pero que solo es la punta del iceberg en medio de cientos de casos que sin tener voz en círculos predilectos, mueren en medio de una agonía anónima, mientras el país se ufana  en cifras amañadas de estar saliendo de la pobreza y con egocéntricas intenciones de ser parte de los países desarrollados.

 

A tu salud Colombia!!!

POR: JAVIER RUIZ

 

 

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