QUE CELEBRA UN VETERINARIO EN SU DÍA?


Imagen: Dr. Jhon Noreña MVZ
Recuerdo claramente ese primer semestre donde nos decían que el que estudiaba veterinaria no era una persona del común, es mas se nos llamó humanos sui generis[1]. Y tenía que ser así, no cualquier persona piensa en dedicar su tiempo, dinero, recursos y vida al estudio y atención de seres que para muchos solo hacen parte del paisaje como ornamento (incluso vistos con desagrado) o como un ingrediente más de la naturaleza para abastecer nuestros refrigeradores.

Hoy con agrado se celebra una vez más el día del Veterinario, y llena de mucho orgullo seguir siendo parte de esos humanos diferentes, solo que esta vez el panorama de particularidad se amplía a escenarios que desafortunadamente no engrandecen la importancia de esta noble profesión y no solo en Colombia sino además en toda la región de América latina y el Caribe; por ejemplo.

El mercado laboral, Como insertarse en el mercado laboral profesional es quizás la mayor interrogante que plantea el estudiante en las cercanías de graduarse. La Facultad nunca previó este acontecimiento. La Universidad tampoco. La famosa transición entre el estudiante aventajado y el profesional desocupado es una realidad de nuestra América. Porque no está previsto el “numerus clausus”, es decir la necesaria regulación del mercado profesional- Ingresos vs. Bajas-, para no caer en el “akademische proletariat”, al que se refería Carlos Marx en el brillante parlamento prusiano de 1848, resultante de aquella revolución europea, que pugnaba por una democracia representativa.



Esa sobrecarga de mano de obra especializada, profesional, presiona sobre un mercado que siempre fue muy especial, que al sobredimensionarse la oferta, minimiza el valor de la demanda.

Sobre todo en lo relacionado a las especies productivas: bovinos y ovinos. En un país donde la inversión pecuaria fue muy acotada. De supervivencia. De mantenimiento. Donde el precio (relativamente alto que siempre se pagó por el producto resultante, carne, leche) fue regulado por el valor de los animales en pie o por la presión exportadora. Donde la alimentación - dependiendo totalmente de las pasturas naturales y el clima-, constituyó una limitante productiva. Donde la mano de obra se medía en equivalente hombre cada 1000 hectáreas. Donde el precio  de una hectárea fluctuaba entre 250 y 900 dólares. Donde los impuestos eran más que altos. Y el mercado se acostumbró tratar a como diera lugar a reducir los costos, veterinario inclusive.



Así el honorario veterinario se relacionó directamente a la especie, y sobre todo al número de animales. La masificación implicaba una consideración en el precio - que no se pedía al comisionista, que gestionaba la comercialización-; pero que se solicitaba al veterinario cuando los trabajos, masivos por lo general, respondieron durante décadas, al cumplimiento de regulaciones oficiales.



En ese encuadre se inscribió la profesión y se fue haciendo cada vez menos profesional y más comerciante. El precio bajo y no la idoneidad marcaron el rumbo. Las relaciones personales o familiares la tarjeta de presentación, entre otras variables de influencia.[2]



Así pues, y a pesar de la gran importancia que hoy muchos queremos resaltar de este ejercicio incluso con frases tales como “la medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura la humanidad”, algunos dirán que es un poco presumido atreverse a decir cosas como estas, mas sin embargo es algo con lo que debemos cargar a pesar del desalentador mercado laboral.



La Organización Mundial del Trabajo OIT, a propósito de este panorama ha incluido desde el año 2.007 a la veterinaria como un sub grupo dentro de las  estadísticas sobre la fuerza de trabajo en el núcleo de profesionales de la salud “debido al gran parecido que hay con las ocupaciones de la salud humana en el ámbito de los conocimientos requeridos y las tareas realizadas; estos trabajadores están identificados a nivel de subgrupo de manera que los datos sobre las ocupaciones que comprenden el suministro de servicios de atención a la salud humana pueden compilarse a partir de los datos informados a este nivel[3]



En el informe sobre las prestaciones laborales y accidentes de trabajo de la OIT del año 2000, se plasma aun más la realidad para el ejercicio de la veterinaria en los países de América latina, con cifras tales como: “la informalidad laboral de la medicina veterinaria alcanza el 89%, dentro del cual sobresale el tipo de contrato prestación de servicios” esto es una realidad cruda que supone que todos los que se encuentran vinculados al mercado laboral (si es que existe este vinculación real), estudian una carrera profesional para ejercer una actividad que no les garantiza las condiciones mínimas laborales requeridas y disponibles por el mercado para otras profesiones e incluso carreras técnicas. Esto se hace evidente en propuestas laborales por turnos, por actividades específicas, sin mencionar los honorarios desiguales e indignantes que a lo largo y ancho de lo que es la veterinaria en todas las especies se dan día a día ante el amparo cómplice del estado y de los órganos que nos representan en nuestro país, quienes además los subregulan y que promueven la falta de ética.



Más preocupante aun es ver que tan solo el 7% de la torta laboral en nuestro país, corresponde a vinculación comercial de veterinarios, quiere decir que el enfoque de las empresas para estandarizar laboralmente esta profesión se orienta muy lejos del objetivo que como médicos se tiene de la veterinaria, es decir, pasamos de salvar vidas a ser visitadores médicos, de mantener saludables integrantes plenos de cualquier hogar a cumplir metas comerciales a como dé lugar.



Aun con este panorama desalentador para los veterinarios en su día, es optimista por así decirlo, ver como aun estas personas dedicadas a “salvar la humanidad”, tiene el espacio y la firme intención de celebrar un aniversario más de no una profesión sino de una forma de vida que llena el corazón de alegría, pasión, nobleza y sentido de ver el panorama con ojos de servicio, desinterés y   responsabilidad por esos seres que hoy por hoy  son considerados como enseres del consumismo desmedido.



Feliz día COLEGAS





[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Sui_g%C3%A9nerisse usa en español para denotar que aquello a lo que se aplica es de un género o especie muy singular y excepcional —único, sin igual e inclasificable
[2] http://www.revistasmvu.com.uy/component/content/article/71-tecnicos/253-difusion-insercion-en-el-mercado-laboral-veterinario.html
[3]http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/--stat/documents/meetingdocument/wcms_087771.pdf Informe - Reunión de expertos sobre Estadísticas del Trabajo: Actualización de la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO)

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